
El novillero surgido de la Fundación Cultural El Legado, Sergio Rollón, ofreció ayer en Las Ventas una emotiva rueda de prensa ante los medios donde relató y agradeció cronológicamente a todos aquellos que le salvaron la vida el pasado 13 de julio cuando sufrió en Valdetorres de Jarama la cornada más grave de la temporada
La Fundación Cultural El Legado colaboró en la organización del evento en Las Ventas, en un acto al que acudieron Ignacio López, director de la Fundación, los profesores de la Escuela Ángel Gómez Escorial y Víctor Hugo Saugar, así como sus compañeros en el centro.

“Hoy es uno de esos momentos en la vida en los que uno no elige hablar, sino que la vida misma le obliga a hacerlo”. Estas han sido las primeras palabras de Sergio Rollón, novillero madrileño quien este miércoles, ante una sala Antonio Bienvenida de Las Ventas llena de medios de comunicación, ha explicado y, sobre todo, agradecido la ayuda y las muestras de cariño que se han ido sucediendo desde que el pasado 13 de julio sufriera en la localidad de Valdetorres de Jarama una cornada de extrema gravedad que afectó seriamente la vena y arteria femoral.
“Estoy aquí no como torero, sino como el hombre que ha vuelto a nacer. Y si estoy aquí es gracias a muchas manos, muchos corazones y muchas almas que se cruzaron en mi camino cuando más lo necesitaba”, dijo. El novillero explicó que, aunque como torero está deseando volver a la cara del toro, su objetivo es volver a torear en la temporada 2026.
El espada de 18 años ha dado en primer lugar las gracias, “con letras enormes, con mayúsculas”, a todos los que le ayudaron para “que hoy esté aquí”, antes de comenzar los agradecimientos por “Daniel González -amigo suyo y ganadero de Los Lastrones- y Luis Bayano, que saltasteis en mi ayuda mientras disfrutabais de una tarde de toros en el callejón. Vosotros, junto con mi compañero Julio Méndez, me sostuvisteis cuando mi vida comenzaba a escaparse, mientras mi sangre corría entre vuestros dedos. Dani, nunca olvidaré tu calor, tu mirada… ni tu voz en esos momentos cuando gritabas: ¡Vamos, vamos, vamos!”.
El novillero ha estado acompañado de su apoderado, el matador retirado y ganadero Luis González, en un acto presentado por nuestro compañero Gonzalo I. Bienvenida. Los agradecimientos siguieron por Jesús Robledo “Tito”: “Fuiste tú quien me dio vida cuando más la necesitaba, metiendo tu puño en mi herida para intentar detener la hemorragia”.
No faltaron, por supuesto, las gracias al equipo médico de la plaza, encabezado por el doctor Juan Asanza, -quien no pudo estar en el acto pero sí dedicó unas palabras al joven novillero a través de un vídeo-: “En ese momento en que todo pendía de un hilo, fuisteis vosotros quienes hicisteis lo imposible. Lograsteis estabilizarme cuando mi cuerpo empezaba a rendirse, cuando mi futuro comenzaba a dejar de latir. Vuestra presencia fue decisiva”. También al equipo médico del Hospital La Paz de Madrid, representados por el doctor Andrés Salazar, “a quien debo literalmente la vida. Saber que gracias a alguien estás vivo es una sensación que transforma. Me provoca una admiración y un respeto que no caben en palabras”.
Sergio Rollón no se dejó a nadie por nombrar, desde la Escuela Taurina El Juli de la Fundación El Legado a la que pertenece y representada por su director Ignacio López, los maestros Ángel Gómez Escorial y Víctor Hugo Saugar “Pirri”, a su familia, “por vuestra paciencia, sufrimiento y amor incondicional”, a Luis González, que “no ha fallado ni un solo momento, dándome fuerza y serenidad”, a Victorino Martín, Miguel Martín y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a los aficionados y medios de comunicación y, por último, a Gorrinito, de la ganadería Hermanos González, el novillo que le hirió: “No le guardo rencor. Ahora me toca a mí demostrar esa misma casta y bravura que tuvo el novillo. Aquí no hay ficción, los miedos son reales y la sangre no es un efecto especial. Aquí se vive y se muere de verdad. Este novillo me ha puesto frente a un nuevo reto, uno que tengo que superar primero como persona y después como torero”.
Por último, concluyó tajante: “A pesar de esta cornada, no he perdido la ilusión de seguir toreando. La cornada de Valdetorres de Jarama no me ha desviado ni un milímetro del sentimiento de ser torero. Es mi pasión, mi forma de entender la vida. Y voy a dar todo de mí para volver cuanto antes delante de la cara del toro”.
